Te
pareces a mi cielo con sus nubes rosadas y sus pájaros de
terciopelo derramando trinos en las mañanas sobre las siembras de
trigo.
Y te pareces a un sol de mayo sembrando girasoles
amarillos sobre los campos mojados, calentando nidos en las ramas
altas de los árboles.
Y así eres… Como el pefume de las
rosas que habitan en mi jardín.
Y de pronto te pareces al
ocaso de una tarde, dejando vacíos mis ojos de tu presencia cuando
te alejas por el horizonte sin darte vuelta para mirarme. Y así
eres…