LLEGÓ LA LUZ
Llegó la
luz, tocando en los cristales. Era la más espléndida mañana. Pero antes
fue la noche y sus rituales de mansa furia y religión pagana.
Fue
avanzando el reloj, se hizo la prisa, preciso fue partir, llamó el
deber. Y me llevé en el alma la sonrisa, y el fervor en la piel, de esa
mujer.
Brevería Nº 2488 de Francisco Álvarez Hidalgo
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