SONETO DEL AMOR VICTORIOSO
Ni el tiempo que al pasar me repetía
que no tendría fin mi
desventura
será capaz con su palabra obscura
de resistir la luz de mi
alegría,
ni el espacio que un día y otro día
convertía distancia en
amargura
me apartará de la persona pura
que se confunde con mi
poesía.
Porque para el Amor que se prolonga
por encima de cada
sepultura
no existe tiempo donde el sol se ponga.
Porque para el Amor
omnipotente,
que todo lo transforma y transfigura,
no existe espacio que
no esté presente.
Texto de Francisco Luis Bernárdez