Es la existencia un
cielo,
cuando el alma soñando embelesada,
con amoroso anhelo,
en
los ángeles fija su mirada.
¡Feliz el alma que a la tierra olvida
para
vivir gozando!
¡Quién pudiera olvidarse de la vida!
¡Quién pudiera vivir
siempre soñando!
En esa estrecha y mísera morada
es un sueño engañoso
la alegría;
la gloria es humo y nada
y el más ardiente amor gloria de un
día.
Afán eterno al corazón destroza
cuando los sueños ¡ay! nos van
dejando.
Sólo el que sueña goza.
¡Quién pudiera vivir siempre
soñando!
De su misión se olvidan las mujeres,
los hombres viven en
perpetua guerra;
no hay amistad, ni dicha, ni placeres;
todo es mentira ya
sobre la tierra.
Suspira el corazón inútilmente . . .
la existencia que
voy atravesando
es hermosa entre sueños solamente.
¡Quién pudiera vivir
siempre soñando!
Sin mirar el semblante a la tristeza,
pasé de la
niñez a la dulce aurora,
contemplando entre sueños la belleza
de ardiente
juventud fascinadora.
Pero ¡ay! se disipó mi sueño hermoso,
y desde
entonces siempre estoy llorando
porque sólo el que sueña es
venturoso.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
JOSÉ ROSAS MORENO
Lagos
de Moreno(Jalisco)
(1838-1883)