DOS ROSTROS
¿Te has preguntado alguna vez, cuanta magia hay en un rostro que nos mira?, uno, diez o cien. No importa cuantos. Esos rostros, lo mismo que el mío y el tuyo, nos muestran la vida. Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo, Se esconden viejas luchas. Recuerdos. Amores no correspondidos. Vida. Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo, Hubo, hay o habrá: niñez, adolescencia, madures. Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo, Hay vida, y sobre todo en mayor o menor medida hay amor. Cada uno de esos rostros, a amado o a sido amado. Por alguna causa o razón algunos de ellos han permanecido solitarios, Y otros han optado por permanecer juntos, tal vez por siempre. Tanto tú como yo hemos vivido, Y por lo tanto tenemos destinos forjados a base de confiar. ¿En qué?, me preguntas, tal vez en todo y en nada a la vez. Nuestras vidas no comenzaron juntas. Tu tienes en tu cuerpo y hasta en tu alma, las huellas de vivir. Cicatrices de la infancia, desengaños de la adolescencia, resignación y esperanza. Nuestras vidas no comenzaron juntas. Yo también, por mi parte tengo cicatrices que son el fruto de mi lucha, Nunca me gustó aceptar las reglas y eso me costó caro. Tu y yo. Dos rostros. Con los problemas y las dudas de la adolescencia, pero amándonos, Viviendo cada momento intensamente, pues sabemos cuan efímera es la felicidad. Tu y yo, dos rostros, Tu y yo, la vida.
Texto de Diego Ferreyra
|