HOY ME DIO POR SOÑAR... Y ES QUE QUERÍA
Hoy me dio por soñar…y es que quería encontrar la manera de escribirle un himno sin liturgias a la vida, quería pregonar que es un milagro vivir, amanecer, llorar, reír, ver la cara de un niño, tomarse una cerveza bien hablada y decir hasta luego porque piensas que volverás más tarde, o simplemente porque esperas la próxima jornada. Hoy me dio por soñar, pero tenía los ojos bien abiertos. Hasta ayer había estado ciego, y por ello quiero estrenar mis ojos, estrenarlos con la primera luz de madrugada, saber cómo es la aurora cuando rompen en gritos los balcones con el primer color de lo geranios, quiro estrenar el sol, la nieve, el río…, estrenar la alegría de una hogaza de pan entre las manos de los pobres. Quiero estrenar la piel, la superficie de un mundo, de mi mundo, que llevaba ya más de medio siglo anestesiada y sentir la frescura de la hierba, el roce de la ortiga, el olvidado tacto de la higuera. Y en este sueño, amigo, al que te invito, despiertos, muy despiertos, además quiero estrenar mis manos, nuestras manos, las tuyas y las mías, y recorrer las calles, esas mismas que cruzamos ayer como individuos completamente anónimos y fundirlas con todos, con las manos de todos, negras, blancas, de la anciana que apenas se sostiene, del vendedor de globos, del pasota, del tendero que grita, del poeta que nadie leerá, de la señora de agradecido escote, del abuelo, de los novios que estudian la distancia que hay entre dos besos, muy fuerte, que no quede ni un milímetro donde nazca el recelo, ni un rescoldo donde prenda una llama de rencor. Estrenad cada hora y cada día el júbilo de ser, el alborozo de toda la ignorancia atesorada en silencios de fe, estrenad vuestra fe los que creéis, estrenadla conmigo, imaginemos los trigales que crecen con el agua que riega la otra orilla. Y no penséis que sueño o que es un truco porque tengo los ojos bien abiertos, y os regalo mi nombre, no lo quiero, que me dejen tan sólo el apellido y el nombre, si alguien quiere, que lo rifen, -quizás le venga bien a un sin papeles-< los servicios sociales de mi pueblo. Porque yo, lo prometo, voy empezar de cero y bautizarme con el agua de todos, con el agua que beben sin sospecha los vencejos.
Texto de Vicente Martín
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