Esta noche es abrumante y solitaria, y es en esta misma cuando te necesito, aún no se ¿cuál será tu nombre?, ¿cómo sonará tu voz?, ¿cuál será tu olor o cual será el sabor de tus labios?, tampoco sé cuándo llegarás a mi vida; invierno, otoño, o en esta noche fría. Sólo quiero que seas un ángel que me ame sin medida, sin miedo y sin control, que seas un dulce niño que no sólo me alimente de palabras, si no que cada día y cada noche pueda enredarme en sus brazos y cobijar mis sueños desvaneciendo mis pesadillas; sólo quiero que comparta conmigo esta oscuridad bajo la luz de la luna.
Sólo espero que en ti mi ángel de la noche no se encuentre lo ordinario de los seres mortales, lo patético y absurdo de esta humanidad que hiere, miente y ahoga; que mi mundo se paralice al probar el elixir de tus labios, que ni la muerte pueda ser el fin de este amor, ya que este será celestial e inmune a las limitaciones humanas. Presa de esta soledad, yo amor mío aguardo tu llegada, como el día en que esta realidad se desvanezca y seas tú quien transforme mi esencia.