Las frutas son auténticas delicatessen que nos ofrece la naturaleza.
En su composición hay azúcares naturales que les proporcionan una
peculiar relación dulce-ácida, un sabor exquisito.
Su textura es crujiente y refrescante.
Además todos los elementos de su composición son sanos e influyen
beneficiosamente en nuestra salud.
La fruta está compuesta por Agua, Minerales, Azúcares naturales, Fibra, Vitaminas,
Carotenoides y Bioflavonoides. Los tres primeros son elementos básicos.
La fibra natural favorece el tránsito intestinal y evita el cáncer de colon.
Las vitaminas nos ayudan a defendernos de los agentes infecciosos y contaminantes.
Los carotenoides y bioflavonoides nos protegen frente a las dos enfermedades
más temibles del mundo occidental: el cáncer y los ataques de corazón.
En un solo producto encontramos siete elementos vitales para nuestra salud,
una concentración difícil de superar por cualquier otro alimento.
La fruta es pues una medicina natural, sana, preventiva, fácil de conseguir y
mucho más barata que las que se venden en las farmacias.
Las propiedades medicinales de los vegetales se manifiestan al cien por cien
cuando se consumen frescos. La fruta -junto con las ensaladas y el aceite
de oliva- es el producto vegetal más fácilmente consumible en fresco, esto es, sin haber sido objeto de ningún proceso de cocción o transformación.
Cuando las frutas, las verduras y las hortalizas se cocinan pierden
gran cantidad de sus propiedades. Las vitaminas hidrosolubles (como la C),
los compuestos carotenoides y los bioflavonoides se desnaturalizan,
deshidratan, oxidan y lixivizan al contacto con el agua y el aire. Por eso es altamente recomendables consumirlos crudos.
Hay incluso dietas vegetarianas que están basadas exclusivamente en
productos crudos. Se denominan dietas crudívoras.
Algunas llegan al extremo de consumir solamente frutas crudas.
Los que así se alimentan son los frugívoros.
No hace falta llegar tan lejos, pero sí es necesario recalcar que la fruta es
seguramente el único alimento vegetal que puede consumirse tal cual,
sin pelar, sin cocer, sin salpimentar, sin aliñar, sin procesar de ninguna
manera posible