puedes llegar a palparlo, olerlo, admirarlo,
escucharlo, acariciarlo.
Es pensar que tu realidad puede convivir con
tus sueños y ahondar en lo profundo de tu corazón
para exteriorizar lo que anhelas.
No es fácil vivir sin soñar pues el sueño nos hace
estar despiertos a la vida.
Cuando en tu vida aparece un sueño, haces que
tu corazón navegue hacia tu mente y así poder bregar
por su logro.
La alborada de nuestros sueños puede enloquecer
a nuestro corazón y si no los alimentamos, fenecemos
con ellos.
¿De qué nos sirve vivir sino sabemos respirar?
¿De qué nos sirve soñar sino somos capaces de hacer
realidad nuestros sueños?