Mirarte fue ver mi alma aparecer, en el brillo de tus ojos
renacer, mirar la estrella de mis sueños, borrar de mi mente los tristes
desvelos. Es querer hundirme en tu pasión, para así despertar en esta
nueva ilusión, hacia tu mundo, mi espíritu anhela volver, mi cuerpo
desespera por estremecer. Mi alma por ti está comprometida, entre tus
brazos quiero sentirme sorprendida, mirando siempre entre tus dulces
destellos, estos sin fin hermosos sueños bellos. Sentirme en bellas horas
de vida, gozar de tus latidos y sentirme acogida, quiero sentirte
mío, yo, ser en ti el desvarió. En el corazón nuestro amor, un
santuario, y los latidos, el resonar de un campanario, tu luz, mi lámpara
encendida, penetró en mi, para ser eternamente concebida. De ti
eternamente enamorada, del sentimiento los dos una sola alma, tu poesía,
música celestial que no cesa, tu voz, la ternura y el amor que me
besa. Tus manos en mi las centurias, yo en llama ardiente despierto en
liturgias, donde consagremos las ilusiones, impregnando en ti mis
pasiones. Me encendiste con tu mirar, me hiciste en ti brillar, me
colmaste de tus encantos, suspirando en tu alma mis cantos. Yo desvanezco
en tus fulgores, mis sentimientos en flores, tus caricias, un pétalo
suave, y en mi corazón, el palpitar de un ave. Así este sentimiento me
devuelve la razón, en ti sublimemente dejo el corazón, porque en mi,
hiciste un milagro, ahora la luz eterna en mi consagro. Me diste de tus
alas para volar, yo verteré en ti el verbo amar, tu dejaste en mi tus
trigales, yo en ti enredare mis rosales, tu mano una rosa, volaré como
una mariposa, tú me llevaste a la metamorfosis y un dulce milagro de
amor…
Texto de Horizonte
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