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General: Indefensión aprendida
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Resposta  Mensagem 1 de 8 no assunto 
De: xania  (Mensagem original) Enviado: 23/02/2012 15:05
 
 
 
 
 

 

Indefensión aprendida 

'Es imposible', 'no podré conseguirlo', 'más vale malo conocido que bueno por conocer', ... Sentencias como estás son síntoma de padecer 'indefensión aprendida'.

Nuestras conductas actuales están influidas por los resultados obtenidos en experiencias pasadas.

Tras vivir reiteradas veces una misma experiencia angustiosa e intentar una y otra vez sin éxito alguno salir de la misma, aprendemos que todo esfuerzo por nuestra parte es en vano y, antes o después, dejaremos de buscar una solución, es decir, aprendemos que no depende de nosotros salir de esa situación. Esto es la indefensión aprendida (o desamparo aprendido):

Un estudiante que suspende en varias ocasiones matemáticas pese a haber estudiado, concluye que son difíciles y que no está capacitado para esa materia.

  • Personas que fracasaron escolarmente en su infancia o adolescencia, creen años después, incluso durante el resto de su vida, que no sirven para estudiar.
  • Personas que tuvieron experiencias laborales desagradables, son reacias a cambiar de empleo, incluso cuando este sólo le aporta desgracias. Aplican lo que la “sabiduría popular” denomina “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
  • Tras ser dañadas psicológicamente por personas queridas, es probable que se pierda la ilusión de entablar nuevas relaciones con otras.
Estudios realizados desde hace décadas con perros, ratas, incluso con seres humanos, así lo constatan: tras ser sometidos en repetidas ocasiones a desgracias impredecibles y/o fuera de nuestro control aprendemos no defendernos de ellas en futuras ocasiones, aunque en estas últimas si existiese posibilidad de predecirlas y evitarlas.
 
Jorge Bucay trata de explicarlo con un cuento, “El Elefante Encadenado 
  

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?. ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?”

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía…

Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a sus destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE.

Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…

Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad… condicionados por el recuerdo de «no puedo»… Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón…

JORGE BUCAY

  
 
 
  
 
 
 
 
 
 

 

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Resposta  Mensagem 2 de 8 no assunto 
De: mayralola Enviado: 23/02/2012 15:36

Resposta  Mensagem 3 de 8 no assunto 
De: Sol Solgraficos Enviado: 23/02/2012 17:00

Resposta  Mensagem 4 de 8 no assunto 
De: Perúcarlos Enviado: 25/02/2012 09:22
 

Gracias


Resposta  Mensagem 5 de 8 no assunto 
De: Norma Noemi 879 Enviado: 27/02/2012 12:50

Resposta  Mensagem 6 de 8 no assunto 
De: ♥Soñadora♥ Enviado: 28/02/2012 09:16

Resposta  Mensagem 7 de 8 no assunto 
De: ©Luna Enviado: 28/02/2012 17:39

Resposta  Mensagem 8 de 8 no assunto 
De: C a m i Enviado: 12/03/2012 16:12


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