Muchas veces creemos que tenemos todo bajo control.
O creemos que lo que hacemos es lo correcto. O sencillamente,
creemos que lo que hacen los que nos rodean, es lo correcto.
Muchas veces necesitamos un punto de vista externo, objetivo
e imparcial, para que de vez en cuando (de vez en cuando, no
todo el tiempo) nos pueda indicar que vamos bien.
Y es que en el ámbito empresarial, desde hace tiempo se aplican
auditorías internas y/o auditorías externas para verificar que
todo marcha bien.
El problema es que a veces podemos tener una venda en los ojos,
o quedamos ciegos ante las actitudes de quienes nos rodean.
Y siempre los justificamos de muchas maneras.
No pudo venir “porque no tiene tiempo”.
(Pero si tiene tiempo para irse de vacaciones o de viaje)
Es que no tiene dinero… (Pero tiene un Blackberry,
viste de lino italiano, y come en restaurantes todos los días)
Tiene otra, pero a mi es a quien ama de verdad…
Me ha dejado ya 4 veces, pero es que nos amamos.
Y siempre que regresa lo acepto.
Siempre hay circunstancias que consideramos que justifican
actuaciones, pero que pasadas a través del tamiz
de una opinión externa o imparcial, vemos que no es así.
Y vivimos ciegos por toda la vida.
O hasta que se nos cae la venda. Si alguien nos ayuda a tumbarla…
Luis Castellanos
Reflexiones Diarias