LA MELODÍA DE LA VIDA
La melodía que el ser amado tocó en el piano de nuestra vida nunca será tocada otra vez de la misma manera, pero no debemos cerrar el teclado y permitir que el instrumento se llene de polvo. Debemos seleccionar otros artistas del espíritu, nuevos amigos que, poco a poco, nos ayudarán a recorrer ese camino. Al establecer nuevos patrones de interacción con otras personas, comenzando con el lenguaje y el seguimiento de nuevas rutas de expresión creativa, lograremos la conquista de la aflicción y de la muerte.
Joshua Loth Leibman