QUE LIGERA TU
ESTELA Hueles a despedida cuando besas, a momento con ruedas,
y con prisa; besas casi al pasar, como la brisa, sin dejar huellas en el
alma impresas.
Oh, dueña tú del humo y las pavesas, dueño del fuego
yo, de la sonrisa; qué ligera tu estela, qué imprecisa tu ruta en estas
aguas que atraviesas.
Aspiro a besos firmes; los encuentro de
transitoriedad, y me descentro, incapaz de quedarme y de partir.
No
es perenne el amor, es fugutivo, mas aún en vida corta , espero y vivo por
un beso capaz de seducir.
Texto de Francisco Álvarez Hidalgo
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