Algunas gotas de perfume
Los retornos de la vida ni siempre son visibles,
ni siempre son caminos previsibles o ni siempre están
allí en el frente.
Y el hecho de que se haya que vivir en esa incógnita
del día siguiente hace con que algunos ciérrense,
como conchas que esconden en sí perlas de
inestimable valor.
Muchos hesitan en dar de sí porque creen
que ofreciéndose,
se pierden. Construyen muros en torno a sí, ilham-se.
Ciertas personas no se entregan a amores,
se quedan reticentes ante abrazos y a la ternura
de abrirse enteramente, desfolhar el corazón y
desnudar el alma, como hacen las flores,
sin querer saber el porqué y se habrá alguno retorno.
Aquellos que se donan incesantemente,
totalmente y íntegramente se desgastan sin mirada
para tras y sin querer ver lejos demasiada,
crecen en estatura del alma, aún si en algunos
momentos el cansancio y el desnimo alcanzan
levemente el corazón.
Pero amar incondicionalmente es amar de
ojos cerrados, es transformar a través de nuestras
vivencias la visión que otros tienen de la vida,
es contribuir para la escalada en la búsqueda del eterno.
Algunas gotas de perfume recaen sobre nosotros cuando
somos buenos, cuando nuestro placer mayor está
en servir y nuestro yo y nuestro ego se quedan de lado.
No es posible dar de sí sin que un poco del gesto no
recaiga dentro del corazón, sin que Ojos atentos y
agradecidos estén pousem-si sobre nosotros,
bendiciéndonos.
Letícia Thompson
Que el Señor bendiga cada uno de vosotros, restaurando
cada recanto del alma, mostrando cada cual el valor que él tiene!
Con mucho cariño, dejo aquí mi abrazo apretado!
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