Nunca
comprendemos esto, y es así como la humanidad, no podrá escapar de
esta cadena de consecuencias, ya que casi nunca sabemos el por qué de nuestros
sufrimientos. Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a
los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger. Esta es la ley del
karma.
La
Ley del Karma es aquella ley que ajusta sabia e inteligentemente el
efecto a su causa. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos
traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias.
No debemos olvidar los proverbios Cristianos: "el que siembra rayos,
cosecha tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con
ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a
hierro muere".
La
Ley del Karma gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable.
Esta se conoce en las religiones como "justicia celestial". Quien viola
una ley crea dolor para sí mismo.
En
la Gnosis, la simbolizamos con una balanza. El platillo derecho
corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo
izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley
se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto.
La
Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier
acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el
mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será
recompensado. Dios nos dió libre albedrío y podemos hacer lo que
queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante
la justicia divina.
Cuando
uno viene a este mundo trae su propio destino y por eso unos nacen en
colchón de plumas y otros en la desgracia. Si en nuestra existencia
herimos, ahora nos hieren; si matamos, ahora nos matan; si robamos,
ahora nos roban y así, "con la vara que medimos ahora nos miden y con
ventaja".
Cada
persona está inscrita en el libro del karma que se encuentra en el
Palacio de la Justicia Divina. Este palacio está en la 5° dimensión de
la naturaleza, está dirigido por el maestro anubis y los 42 Jueces de la
ley. Es posible comprobar esto que estamos afirmando, para hacerlo la
persona deberá aprender a salir en cuerpo astral conscientemente.
Comprender
íntegramente la Ley del Karma es indispensable para orientar el navío
de nuestra existencia en una forma positiva y edificante.
EL
karma es una ley de compensación y no de venganza. El Karma es una
medicina que se nos aplica para nuestro propio bien; desgraciadamente,
la gente en vez de inclinarse reverente ante el eterno Dios viviente,
protestan y/o blasfeman, se justifican a sí mismos, se disculpan y se
lavan las manos como Pilatos (Biblia Cristiana).
Cuando
protestamos no se nos modifica el KARMA si no que se vuelve mas duro y
más severo. Reclamamos fidelidad al cónyuge cuando hemos sido adúlteros
en esta o en vidas anteriores. Pedimos amor cuando hemos sido
despiadados o crueles; solicitamos comprensión cuando nunca hemos dado
comprensión a nadie. Anhelamos dichas inmensas cuando hemos sido el
origen de muchas desgracias. Hubiéramos querido nacer en un lugar
hermoso y con muchas comodidades, cuando en vidas anteriores no supimos
brindar un hogar. Queremos que nuestros hijos nos obedezcan, cuando
jamás supimos obedecer a nuestros padres. Nos molesta terriblemente que
nos calumnien, cuando siempre hemos sido calumniadores y hemos llenado
de dolor al mundo. Es decir, reclamos lo que no hemos dado...
Es
posible que en vidas anteriores hayamos sido malvados y crueles, por
eso merecemos lo peor, pero suponemos que se nos debe dar lo mejor.
Cuando
la Ley Cósmica le va a cobrar a alguna persona un karma, primero la
somete a un juicio interno. Si tiene dharma, es decir, si ha hecho
buenas obras, no sufre ningún padecimiento, pero si no tiene capital
cósmico, paga con dolor.
Normalmente
las personas tienen sueños que le anuncian que esto va a suceder; por
ejemplo; soñar que la policía nos mete en la cárcel, vernos desnudos,
mojarnos en lluvia, etc. Para mayor informaciòn, visita nuestra sección El Significado de los sueños.
Generalmente,
cuando la Ley nos cobra, siempre pensamos que somos inocentes, que no
debemos nada. Hay alguien incluso que blasfema contra la justica
calificándola de "injusticia". Pero siempre debemos recordar que la Ley a
nadie da lo que no se merece. A cada quien le da según sus obras.
Ahora
el lector entenderá por qué las cárceles están llenas de "inocentes",
personas que en esta vida no han hecho nada, pero que en vidas
anteriores cometieron delitos gravísimos. Repetimos: La ley de Dios a
nadie da lo que no se merece, a cada quien da según sus obras...
Hay
algunos que nacen en colchón de plumas con todas las comodidades para
prepararse intelectualmente y llevan estilos de vida, para muchos
envidiables; otros no tienen la misma suerte, pero tampoco sufren en lo
económico. Sin embargo, hay otros que sufren espantosamente y deben
mendigar para subsistir.
Hay millonarios que padecen enfermedades incurables y no pueden comer
lo que les provoca, por una úlcera u otra dolencia. Hay muchos pobres
que tienen una salud formidable.
La Ley cobra a cada quien según sus faltas.
A la Justicia Cósmica podemos compararla con un gran banco.
Aquí en el plano físico, si nosotros tenemos una cuenta bancaria y
consignamos constantemente (este es el equivalente a hacer buenas
obras), nuestro saldo aumentará. Si giramos un cheque (es el equivalente
a pagar o ganar un karma), es lógico que lo pagarán.
Si retiramos mayor dinero cada día (violando las leyes de Dios),
nuestra cuenta disminuye hasta quedar en rojo; en ese momento empezamos a
padecer, a pagar con dolor el dolor que hemos causado.
Si
tenemos acciones malas o Karmas, significa que hemos gastado nuestro
capital cósmico, si consignamos, o sea, hacemos buenas obras con
nuestros semejantes, ganamos DARMA y salimos bien en nuestros negocios
ante el Tribunal Cósmico. El resultado es felicidad, salud y éxito en
nuestras vidas.