Los meteoritos metálicos, también conocidos como sideritos, holosideritos, meteoritos férricos o meteoritos ferrosos, son un tipo de meteoritos que se caracterizan por estar compuestos mayoritariamente por hierro (Fe) y níquel (Ni), sobre todo formando aleaciones llamadas kamacita y taenita.1 2 Se cree que son restos del núcleo de asteroides que se destruyeron al impactar entre ellos o con otros cuerpos del Sistema Solar.3 Debido a su gran densidad y tamaño, el peso de todos ellos superan las 500 toneladas, lo que representa un 89,3% de la masa total de los meteoritos. Sin embargo, solo representan un 5,7% de las caídas.4
Existen dos formas de clasificar a los meteoritos metálicos: una de
ellas, la más antigua, se basa en la observación de la estructura del
meteorito cuando se corta, se pule y se trata con aguafuerte, y se denomina clasificación estructural;2 la otra es la clasificación química, y tiene como criterio la cantidad de elementos traza (germanio [Ge], galio [Ga] o iridio [Ir]) que contiene el ejemplar.2
Por su composición sufren menos ablación al entrar en la atmósfera, lo que hace que su tamaño sea mayor comparado con el de los meteoritos rocosos o los litosideritos.4 El meteorito de mayor tamaño que se conoce es el meteorito Hoba, encontrado en Namibia, con un peso de unas 60 toneladas.5