POÉTICA
Escucho los ladridos, distintamente,
pero nada sé de ese perro que arde
ni del dibujo de su huella por la tierra abrasada.
Reconozco a los que lo han mirado
frente a frente. Escucho sus historias.
He pasado varias veces la mano
ante sus ojos blancos desde entonces
y he sentido uma llama calentarme los dedos.
Pero yo sólo escucho los ladridos.
Incluso cuando salen de mi boca.
Nada sé de poesia.
(Bajo la lluvia equivocada, 2006)
VANESSA PÉREZ-SAUQUILLO
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