fuente eterna del deseo,

terrenal licor de lo divino,

mágica esencia de lo humano.

Es la luz de mi esperanza,

gotas de luna inmarcesible

que mi cuerpo bebe en la distancia.

Es mi delirio su océano,

fragante seducción que no descansa.

 

Por este amor que me alimenta

y me arranca a destajo mil suspiros,

que me aprisiona en la cárcel de su imagen

y me envuelve en el calor de sus sentidos.

Es mi sol y mi abundancia,

mi redención y mi plegaria;

la inmensidad de su mirada: mi camino.

 

Por este amor que es mi edén y firmamento,

mi cosecha, mi cultivo,

real degustación de lo prohibido.

Es mi paz y mi elocuencia,

mi manantial, mi paraíso;

la miel brillosa de su pelo: mi destino.

 

Por este amor que es el aliento de mi día,

que me reduce, me engrandece y me desarma.

Por este amor que nunca duerme,