¿De dónde salió el glamour?
Thomas Cahill, el escritor californiano nacido en 1959, autor,
entre otros libros exitosos, de la novela histórica De cómo los
irlandeses salvaron la civilización , describe que la palabra
"glamour" es una deformación de "gramatiké", el vocablo griego
que designaba a los que sabían leer y escribir, esto es, a la gente instruida.
Para los bárbaros, los romanos tenían "gramatiké" o glamour,
porque no sólo leían y escribían; también se sabían vestir y sabían comer.
Con el tiempo, el término evolucionó hasta convertirse en sinónimo
de clase, buen gusto, elegancia y sofisticación.
Leonardo Franco coordinador de moda y asesor de imagen
afirma que: el glamour es "la esencia que se idealiza a través
de una actitud".
Y amplía su dicho: "Es brillar frente a los demás, pero no tiene
que ver con usar ropa cargada de lentejuelas o cristales.
Es algo más complejo, porque involucra seguridad en uno
mismo y autoestima".
Para Marco Colín, experto en moda y quien ha participado
en pasarelas internacionales, "es la característica que nos
hace sobresalir entre los demás.
"No me refiero al lujo en extremo, porque no tiene que
ver con dinero. Una cosa es que te pongas ropa carísima
y fina y otra que seas una persona glamourosa".
Los expertos afirman que hay personas con glamour
natural y otras lo adquieren a lo largo de su vida.
Además, no tiene que ver con una condición social específica,
ni es privilegio de quienes usan ropa costosa o accesorios
ultra modernos. "Aunque algunas personas nacen con esa cualidad,
todos podemos desarrollarla", asegura Colín.
No es una mercancía que se pueda comprar, sino una especie
de arte que implica dedicación y cuidado para dominarlo.
Los 10 ingredientes
Marco Colín comenta: "Hay gente que tiene mucho dinero y se
compra ropa carísima, creyendo que con eso se convertirá
en una persona glamourosa. Eso no es verdad.
"Tenemos como ejemplo a Christina Aguilera y a Britney Spears,
quienes se visten con ropa costosísima, pero no saben lucirla,
se ven mal y no es por culpa de la ropa, sino de ellas".
Leonardo Franco agrega: "Intervienen personalidad y buen gusto".
Ambos expertos coinciden en que, para ser
verdaderamente glamourosa, se deben cumplir con los siguientes requisitos:
Intangibles:
1. Estar conscientes de quiénes somos y tener una gran autoestima, amor propio.
2. Enriquecer nuestra vida con experiencias extraordinarias
y tener la sensibilidad necesaria para compartirlas.
3. Tener una buena educación.
4. Ampliar cada vez más nuestra cultura.
5. Tener una vida interior plena y una mentalidad positiva.
Tangibles
1. Estar conscientes de qué es lo que nos queda mejor,
en cuanto a vestuario, peinado y maquillaje.
En un caso dado, conviene consultar a un experto en imagen.
2. Elegir ropa de calidad.
3. Vestirse siempre con propiedad, de acuerdo con la temporada.
4. Buscar que todas las prendas que usemos combinen entre sí.
5. Llevar el cabello limpio, sedoso e hidratado y lucir un
cutis luminoso y maquillado sin exageraciones.
En resumen, el glamour es una mezcla de personalidad,
elegancia, sencillez, porte y gracia, combinada con un estilo
personal de vestir y de comportarse.
Todo ello se complementa con el aroma y los accesorios que elijamos.
"Una persona que no tiene dinero también puede ser glamourosa
si ama la vida, se acepta como es y siempre trata de mejorar,
ama la cultura, se instruye, se cultiva; cuando viaja, trata de conocer
lo más posible del lugar, tiene sed de conocimiento.
En síntesis: el glamour tiene que ver con el interior, con lo
que somos y con lo que proyectamos; y con el exterior,
al llevar la ropa adecuada a nuestro cuerpo", termina Marco Colín.
Modelos con y sin
Generalmente se considera a las modelos entre las mujeres
más glamourosas. Pero la mayoría de ellas no tenían ese don
cuando iniciaron su carrera. Lo han aprendido, como se aprecia
en las fotos de "antes" y "después" de las más conocidas.
Es cierto que ellas se iniciaron con la energía y frescura
de la juventud, pero son los años y la experiencia lo que
las vuelve más hermosas y les aporta glamour... junto con
los asesores de imagen que les dijeron cuáles son los peinados,
los tonos de maquillaje y la ropa que mejor les va.
Glamourosas a cualquier edad
Marco Colín señala que no hay edad para el glamour, pero
que sí se puede acrecentar con los años, pues las experiencias
de vida y la cultura, dos de sus factores principales,
aumentan con el tiempo.
de la red
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