Sueño
en que llegará el día en que los hombres se elevarán por encima de sí
mismos y comprenderán que están hechos para vivir juntos, en hermandad.
Todavía
sueño en aquella mañana de Navidad, que llegará el día en que todos los
negros de este país, todas las personas de color del mundo, serán
juzgadas por el contenido de su personalidad y no por el color de su
piel; que cada hombre respetará la dignidad y el valor de la
personalidad humana.
Todavía
sueño hoy, que llegará el día en que las industrias paradas serán
puestas en marcha y servirán para llenar los estómagos vacíos y que la
hermandad será algo más que unas palabras colocadas al final de un
sermón; que en las agendas que todos los hombres de negocios se
encontrará escrita la palabra hermandad.
Todavía
sueño hoy que en todas las gobernaciones y las alcaldías serán elegidos
los hombres que obren con justicia y misericordia, siguiendo los pasos
de Dios.
Todavía
sueño hoy que la guerra se acabará. Llegado ese día nos será revelada
la gloria del Señor, y la contemplaremos todos unidos.
Todavía
sueño que con esta fe podremos anticipar el día de la paz en la tierra y
de buena voluntad para todos los hombres. Serán un día glorioso: los
luceros del alba cantarán unidos y los hijos de Dios, exultarán la
alegría.
Martín Luther King