LA FELICIDAD
¿Qué es la felicidad?
¿Cómo se consigue?. Los hombres llevamos muchos siglos haciéndonos estas
preguntas. Quizás nadie ha encontrado todavía la respuesta que nos
satisfaga a todos. Pero lo que viene a continuación puede ayudarnos un
poco.
Leed con tranquilidad el siguiente texto de José Luis Martín Descalzo.
CAMINOS PARA APRENDER A SER FELICES
"Los humanos no nacemos
felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que,
en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la
felicidad o la desgracia. No es cierto, como muchos piensan, que la
dicha pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que
pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye,
ladrillo a ladrillo, como una casa. La felicidad nunca es completa en
este mundo, pero, aun así, hay raciones más que suficientes de alegría
para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves
está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que
poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera. No
hay recetas para la felicidad porque no hay sólo una, sino muchas
felicidades, y cada hombre o mujer debe construir la suya... No
obstante, sí hay una serie de caminos por los que se puede caminar hacia
ella:
1. Valorar y reforzar
las fuerzas positivas de nuestra alma. Descubrir y disfrutar de todo lo
bueno que tenemos. Sacar jugo al gozo de que nuestras manos se muevan
sin que sea preciso para este descubrimiento las manos muertas de un
paralítico.
2. Asumir después
serenamente las partes negativas de nuestra existencia. No encerramos
masoquísticamente en nuestros dolores. No magnificar las pequeñas cosas
que nos faltan. No sufrir por temores o sueños de posibles desgracias
que probablemente nunca nos llegarán.
3. Vivir abiertos hacia
el prójimo. Pensar que es preferible que nos engañen cuatro o cinco
veces en la vida que pasamos la vida desconfiando de los demás. Tratar
de comprenderles y de aceptarles tal y como son, distintos a nosotros.
Pero buscar también en todos más lo que nos une que lo que nos separa.
Ceder siempre que no se trate de valores esenciales con nuestro egoísmo.
4. Tener un gran ideal,
algo que centre nuestra existencia y hacia lo que dirigir lo mejor de
nuestras energías. Caminar hacia él incesantemente, aunque sea con
algunos retrocesos. Aspirar siempre a más, pero no a demasiado más. Dar
cada día un paso. No confiar en los golpes de la fortuna.
5. Creer descaradamente
en el bien. Tener confianza en que a la larga -y a veces muy a la
larga- terminará siempre por imponerse. No angustiarse si otros avanzan
aparentemente más deprisa por caminos torcidos. Creer en la también
lenta eficacia del amor. Saber esperar.
6. En el amor,
preocuparse más por amar que por ser amados. Estar siempre dispuestos a
revisar nuestras propias ideas, pero no cambiar fácilmente de ellas.
7. Elegir, si se puede,
un trabajo que nos guste. Y, si esto es imposible, tratar de amar el
trabajo que tenemos, encontrando en él sus aspectos positivos.
8. Revisar
constantemente nuestra escala de valores. Cuidar de que el dinero no se
apodere de nuestro corazón, pues es un ídolo difícil de arrancar de él
cuando nos ha hecho sus esclavos.
9. Descubrir que Dios
es alegre, que una religiosidad que atenaza o estrecha el alma no puede
ser la verdadera, porque Dios o es el Dios de la vida o es un ídolo.
10. Procura sonreír con
ganas o sin ellas. Estar seguros de que el hombre es capaz de superar
muchos dolores, muchos más de lo que él mismo sospecha.”