Hoy no lució la estrella de tus ojos. Náufrago de mí mismo, húmedo del abrazo de las ondas, Llego a la arena de tu cuerpo En que mi propia voz nombra mi nombre, En que todo es dorado y azul como un día nuevo Y como las espigas herméticas, perfectas y calladas. En ti mi soledad se reconcilia Para pensar en ti. Toda ha mudado El sereno calor de tus miradas En fervorosa madurez mi vida.
Alga y espumas frágiles, mis besos Cifran el universo en tus pestañas -Playa de desnudez, tierra alcanzada Que devuelve en miradas tus estrellas.
¿A qué la flor perdida Que marchitó tu espera, que dispersó el destino? Mi ofrenda es toda tuya en la simiente Que secaron los rayos de tus soles.
SALVADOR NOVO
|