Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más
para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín:
Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi
único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es
mucha y pocos son los obreros para recogerla. Es la Palabra
de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo siembro cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague
la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los
creyentes y no creyenes, que pidan al Señor Jesucristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo y reine
la Paz en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el
Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López
Alabado sea Jesucristo…
Lo
divino era para los griegos lo perfecto. El hombre logra la perfección
haciendo el bien, aquello que constituye el ideal verdadero de nuestra
realidad personal, la meta adecuada a nuestro ser. Incrementar la
propia bondad es la mejor forma de responder a quien desee dañarnos.
Le
preguntaron a Demóstenes, máximo orador de Grecia y del mundo antiguo,
qué podrían hacer los hombres para parecerse más a los dioses.
Y Demóstenes respondió: “Hacer el bien a todas horas”.
Luego le preguntaron: Dime, ¿cómo haré para vengarme de mis enemigos?
Y él finalmente respondió: “Hazte mejor que ellos”.