El Cosmos
no deja de sorprendernos. Y aunque a veces los descubrimientos se
hacen por casualidad, no dejan por ello de ser menos válidos. Un
equipo de astrónomos se ha quedado totalmente maravillado al descubrir
algo que nadie había visto jamás hasta ahora: un pequeño asteroide con
anillos girando a su alrededor, probablemente formados por hielo de
agua.
El descubrimiento, en el que ha participado investigadores españoles del Instituto de Astrofísica de Andalucia y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
y una red de telescopios del hemisferio sur, tuvo lugar mientras se
estaban llevando a cabo observaciones rutinarias de objetos menores
dentro de nuestro Sistema Solar. De repente, e inesperadamente, se
encontraron que el pequeño asteroide Chariklo tenía un par de anillos
que lo rodeaban, algo sólo visto hasta ahora en los planetas gaseosos de
nuestro sistema solar.
Hasta el
momento, los sistemas de anillos, probablemente formados por hielo de
agua, eran considerados un rasgo exclusivo de los planetas gigantes,
como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Los resultados del trabajo,
publicado en la revista Nature, sugieren que los anillos podrían ser estructuras más comunes de lo que se pensaba hasta el momento.
Leonardo
Vanzi, astrónomo del Centro de Astro-Ingeniería de la universidad
chilena UC Santa Martina, parte de la red que ha logrado el hallazgo ha
manifestado que "para observar a Chariklo, la red de telescopios mide
la brevísima sombra que deja el asteroide al pasar frente a una
estrella lejana. Como el objeto es tan pequeño, lo único que se puede
ver es una variación en el brillo del astro. Esta vez, esa variación no
apareció en los datos, pero sí dos pequeños peaks negativos".
Conclusión 'sorprendente'
"Pensamos
que había un error de calibración del instrumento, pero revisamos y
todo funcionaba a la perfección", cuenta orgulloso el científico.
Cuando se comunicaron con el resto de la red, supieron que otros
instrumentos habían medido lo mismo. Después de analizar todos los
datos, la conclusión fue sorprendente. Chariklo está rodeado por dos
densos y estrechos anillos, de tres y siete kilómetros de ancho
respectivamente y separados por un espacio de nueve kilómetros.
"Aún no
sabemos cómo ni por qué el asteroide tiene esos anillos", reconoce
Vanzi. "Aún es muy prematuro, asegura el científico, decir si nuestro
sistema solar puede o no tener más objetos como este rodeados por
anillos", añade el astrónomo.
Chariklo
tiene 250 kilómetros de diámetro y es parte de un tipo de objetos
conocidos como centauros que orbitan entre Saturno y Urano, en la
periferia del Sistema Solar. Desde ahora, Chariklo es el quinto objeto
que orbita al Sol con anillos a su alrededor uniéndose a los planetas
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Entre la
red de telescopios del hemisferio sur que se han utilizado para llevar a
cabo el estudio internacional, cuya misión principal era observar
objetos menores dentro del Sistema Solar, ha intervenido el
observatorio chileno de La Silla, situado a 2.400 metros de altura, a
unos 160 kilómetros al noreste de la ciudad de La Serena.
Los tres
principales telescopios que se encuentran en el observatorio de la
Silla son el NTT, de 3.5 metros de diámetro; otro telescopio de 2.2
metros de diámetro que el Instituto alemán Max Planck ha prestado
indefinidamente a la ESO; y un tercer telescopio de 3,6 metros de
diámetro que se encuentra en operaciones desde 1977, y que ha generado
una gran cantidad de datos astronómicos, principalmente en la búsqueda
de planetas extrasolares
.Es un decubriminto
extaordinario de un asteroide con dos anillos a su alrededor y que
eso solo se conocia en los planetas gaseosos de nuestro sistema solar
Júpiter, Saturno, Neturno y Urano. Es un hallazgo extraordinario y muy
misterioso. Casimiro López.