Piensas demasiado?
¿Crees que le das demasiadas vueltas a las cosas?
El pensamiento excesivo nos agota.
Pensar está muy bien.
Vivir una vida racional y positiva es lo mejor que nos
puede ocurrir. Pero cuando nuestra mente se queda dándole vueltas a nuestros
pensamientos inútilmente produciendo sentimientos negativos, se da lugar al
"efecto levadura", tal como lo denomina Susan Nolen-Hoeksema en su libro
"Mujeres que piensan demasiado" (Ed. Paidós).
Se trata de un pensamiento excesivo que tiene lugar a partir de una pequeña
idea o problema, que pasa a generar más y más preguntas, nuevas relaciones de
ideas (todas con el mismo denominador común, problemático y lleno de temores),
generando otros pensamientos negativos que se expanden, crecen y acaban por
apoderarse de todo el espacio de nuestras mentes.
El resultado es agotador.
Lejos
de encontrar repuestas o soluciones válidas acabamos en un callejón sin salida
presas de sentimientos de victimismo ("no podré salir de ésta", "soy tan incapaz
como siempre lo he sido"), ansiedad ("esto se acaba") y depresión ("mi vida no
vale nada").
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