La Vida Es Bella
“El que salva su vida la pierde y el que pierde su vida la gana.
Por el título, uno pensaría se trata de una historia acerca de dos jóvenes
enamorados, pero es de una familia judío en un campo de concentración nazi.
La pregunta inmediata es ¿cómo puede ser bella? Solo la puedes encontrar
bella si creas tu propia realidad para convertirla en un juego, o porque ves
el horror y te involucras para ayudar a otros. La esposa que no era judía
escogió acompañar a su marido e hijo a este terrible lugar.
El padre consolaba a su hijo creando un juego para él y terminó
dando su vida para salvarle. La mayoría de la personas en este mundo convierten la vida en un juego.
No quieren enfrentar el dolor, así que crean su propia realidad. Hacen
ver que es un juego que se puede ganar. Si te aplicas y eres inteligente
y tienes suerte, puedes superar los obstáculos y salir ganando.
Así que pones todas tus habilidades creativas a la tarea para que salga
bien al final y a veces ganas y a veces pierdes, pero así es el juego. La otra manera para hacer bella la vida es enfrentar la realidad del
horror e involucrarte a gran precio personal porque amas las personas
quienes están sufriendo. La esposa sabía que subía a un tren de muerte,
pero quiso estar con su familia y pasar el tormento con ellos.
No podía hacer nada para ayudarles salvo estar presente y compartir
su sufrimiento. Pero porque escogió estar, pudo encontrar a su hijo al final. El padre se dio cuenta del horror y hizo llevadero la experiencia por
el hijo por convencerle que tenía que jugar según ciertas normas.
Y que si ponías de tu parte, posiblemente ganarías, así que el hijo
propuso ser un ganador. El padre le estaba mintiendo para protegerle,
pero al hacerlo le salvó la vida.
Jesús hizo una combinación de estas cosas. (¡Todas las buenas películas
nos hablan de él!). Él está más consciente del horror que nosotros porque vino a este mundo desde
fuera, desde un mundo perfecto, y también porque estaba en el mundo
antes de la Caída y sabía como la vida tenía que haber sido.
Se involucró a gran coste personal y también nos dijo como jugar
este juego para ganar al final, pero nunca nos engañó. Nunca
intentó hacernos ver que esta vida es bella. Es una tragedia.
Está más lejos del jardín de Edén que un campo nazi de la vida
normal. No somos víctimas inocentes de un drama malvado,
sino personas responsables por la parte que hemos jugado en hacer
de la vida lo que es. Jesús vino a nuestro campo nazi no solo para
acompañarnos, sino para mostrarnos cómo jugar para ganar. Participó en nuestro juego y nos enseñó por su ejemplo. Él ganó muriendo, como el padre en la película, pero con una diferencia crucial: Jesús escogió la muerte. El padre en la película intentó esquivarla. Jesús pasó por la muerte, la conquistó, se levantó de la muerte y abrió la puerta a una nueva vida que realmente es bella.
Nosotros ganamos si seguimos su ejemplo, si voluntariamente rendimos nuestras vidas. Es así que encontramos la vida real ahora aquí, y es cómo entramos en la vida que es eternamente bella.
Con Cariño Y Mucho Amor!!
Carlitos
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