Vengo de olvidarte... pero llego a casa y me tropiezo contigo, en las cosas que me miran con tus ojos, en las pelusas del pasillo que me enredan leves, con tu olvido.
Vengo de olvidarte... y puede que cambie de casa y siga viniendo de olvidarte, que cambie de cuerpo y te siga deseando, que cambie de vida y te siga viviendo.
Vengo de olvidarte. Tiro el bolso y se cae el pintalabios, un beso metálico en el parquet me recuerda la ausencia de tu boca.
Con vocación de olvidarte me muevo. Cada minuto y centímetro que salgo de mí misma hago eso, insisto en ello.
Mi obstinación es olvidarte mi trabajo es olvidarte mi verso es olvidarte mi insulto es olvidarte, mi presente y mi futuro es olvidarte. Y vengo y voy para olvidarte.
Me duermo y me despierto para olvidarte. Soy lo que soy para olvidarte.
Me voy a otras cosas a otras casas a otros seres a otras páginas.
Me voy a otros versos a otras voces a otros canales a otros ríos.
Me voy, me voy, me voy continuamente. Y cuando vuelvo… abro la puerta tiro el bolso el pecho la careta y el tabaco…
y sé que vengo de olvidarte.
Belén Reyes
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