De roca y arena
Apariencia de gélida roca, En las yemas te vas deshaciendo De mis dedos. Te abrazo, te tiendo Y me bebo la miel de tu boca.
A mi piel, que, desnuda, te toca Y te abrasa cual cántaro hirviendo, Tú respondes amando y gimiendo De manera fantástica y loca.
Moriría, cariño, de pena, En tu cuerpo feliz navegante, Si algún día me fueras ajena.
Que preciso gozar, tierno amante, De tu cuerpo de roca y arena, Como el agua del mar incesante.
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