Jesús de Galilea para mí no eres Dios, eres sólo una idea de la que marcho en pos.
II No me humillo ni ruego a tus plantas Jesús, llego a ti como un ciego que va en busca de luz.
III Jesucristo eres nuestro más grande innovador, Profeta ¡no! Maestro de piedad y de amor.
IV No le niegues al mundo la gloria de tu ser, que en su vientre fecundo te engendró una mujer.
V Pastor de la gleba, sabio teorizador, de la turba que lleva el signo del dolor.
VI ¡Oh, si fuera divino el destello de tu luz que alumbró tu camino! ¿Qué valdría tu cruz?
VII Tu doctrina redime, de ella vamos en pos, como hombre eres sublime, ¡Pequeño como Dios!
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