Perdona vida mía, por esta llamada a media noche
pero necesitaba tu voz de nuevo escuchar.
Por un sólo instante déjame sentirte cerca
a pesar que te prometí no molestarte nunca más,
admito sin culpa que es una necesidad
más fuerte que mi propia conciencia y verdad.
Es una locura, quererte tanto y no besarte,
es una locura pensarte tanto y no abrazarte,
es una locura vivir sin amarte.
Perdona vida mía, por esta llamada de despedida,
es mi voz sin sonido y mi alma sin energía
que buscan de alguna forma acercarme a ti.
Trataré de una vida nueva llevar,
aunque muy penosa será
la carga que he de soportar,
y por tu ausencia he de llorar.
Algún día te veré, de nuevo por calle al pasar
no dudes ni un segundo
que yo te seguiré amando en soledad..