Se acabó el extraño, con quien, tarde
La noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quién me aguarde,
Dispuesto mi lugar, bueno lo malo.
Se acabó la calurosa tarde;
Tu gran bahía y tu clamor; la charla
Con tu madre acabada
Que nos brindaba un té lleno de tarde.
Se acabó todo al fin: las vacaciones,
Tu obediencia de pechos, tu manera
De pedirme que no me vaya fuera.
Y se acabó el diminutivo, para
Mi mayoría en el dolor sin fin,
Y nuestro haber nacido así sin causa.
Cèsar Vallejo