Alabado sea Jesucristo…
Si Jesús, siendo la Sabiduría infinita, quiso seguir el camino regio de la cruz, es porque no existe otro camino para ir al Cielo.
No dejemos que el mundo nos engañe con sus placeres y diversiones, sino tengamos bien presente que por el camino ancho no se va al Cielo, sino al Infierno.
Saltemos de gozo aunque de momento tengamos algunas o muchas cruces, porque la gloria que nos espera es de tal envergadura, que no nos bastará toda la eternidad para agradecer a Dios por las pruebas y sufrimientos que nos envió.
Los dos astros que están más alto en el Cielo: Jesús y María, tuvieron que padecer hasta lo indecible. Pero ¡qué maravillosos lugares tienen asignado ahora en el Paraíso!
Si nosotros queremos estar muy cerca de Dios en la eternidad, es necesario que en la tierra pasemos grandes pruebas, ya que cuando más se sufre en la tierra, tanto más alto se sube al Cielo.
No hay otros caminos y el demonio lo sabe, por eso tiene engatusada a la humanidad con placeres y disfrutes, destruyendo su voluntad y su abnegación. Incluso en la misma Iglesia Católica qué pocos son los que hacen penitencia y son abnegados. Que no nos pase lo mismo a nosotros.
¡Buenos días!
Antes de aterrizar
Más o menos con frecuencia surgen en tu vida los imprevistos. Situaciones inesperadas, que te exigen una reacción rápida. Necesitas sangre fría y aplomo. Aquí juega mucho la experiencia: haber vivido o bien escuchado o leído casos semejantes, y tener un esquema de buenos reflejos. Por eso se ensaya cómo evacuar un edificio en caso de incendio o movimiento sísmico.
En un avión de pasajeros ocurrió un desperfecto. El capitán anunció a los pasajeros:
—Señoras y señores, les informo que uno de nuestros motores se detuvo, tendremos que permanecer 15 minutos más volando para aterrizar. A los 15 minutos el piloto volvió a anunciar:
—Señoras y señores, hemos perdido otro de nuestros motores, tendremos que permanecer 15 minutos más en el aire para pedir ayuda. La tercera vez el piloto informó:
—Hemos perdido el tercer motor. Entonces un pasajero muy preocupado exclamó:
—¡Dios mío, si la cosa sigue como va, permaneceremos aquí todo el día!
En la vida moral también pueden ocurrirte situaciones de peligro que se llaman “tentaciones”. Jesús nos aclara que para vencerlas necesitamos estar atentos y orar pidiendo fortaleza para no caer en las seducciones del mal. Está claro también que no debes buscarte las ocasiones de fallar porque “el que busca el peligro en él perecerá”. Que Dios te proteja y bendiga.
Enviado por el P. Natalio