Alabado sea Jesucristo…
Jesús se identifica con el pan, dice que es pan. Nosotros quizás tendemos más a decir y a pensar que el pan es Jesús, en lugar de que Jesús es pan, partido y compartido, como Él dice. Jesús es el anfitrión. Compartir la mesa es el gran símbolo de la convivencia, de la reconciliación, de la inclusión. Los banquetes son la mejor metáfora del Reino.
Durante su vida Jesús aprovechó el momento de las comidas para transmitir sus enseñanzas: su concepción del Reino, el modo de actuar de quienes quieran seguirle, su imagen del Padre. Todo lo necesario para darnos vida, para que demos vida, para hacernos partícipes de su vida.
El pan que se parte y se comparte, la copa de vino que se derrama, resumen el sentido de la vida de Jesús: una vida entregada, una vida para los demás. Es lo que nos recomienda cuando dice: “haced esto en memoria mía”. No se refiere a repetir rutinariamente unas palabras y unos gestos que no comprometen ni transforman la vida. La invitación es a seguirle. A estar dispuestos a lavar pies, a no excluir ni excomulgar a nadie y a ser pan, vino, luz, camino, paz… para el mundo. Como Él. A. Gutiérrez
¡Buenos días!
María y la Eucaristía
En el sueño que tuvo S. Juan Bosco el 30 de mayo de 1862, aparecía la barca de la Iglesia, dirigida por el Papa y amenazada por sus enemigos. En el centro del mar había dos grandes columnas, una representaba a María y la otra a la Eucaristía; cuando el Papa se aferró a ellas, desaparecieron sus enemigos. María y la Eucaristía son las dos columnas fundamentales de nuestra fe. María nos lleva a Jesús Eucaristía.
En Roma, en el lugar llamado Tre Fontane, donde María se apareció varias veces a partir del 12 de abril de 1947 a Bruno Cornacchiola, un adventista que se convirtió, se celebró una misa el 7 de Noviembre de 1979, a la que asistieron miles de personas. En el momento de la elevación de la hostia, el sol empezó a girar vertiginosamente sobre sí mismo, como en el milagro de Fátima, irradiando luces de todos los colores. Y en el disco solar, que podía mirarse sin causar daño a los ojos, se formaron una M, significando a María, y una hostia grande con las letras JHS, para significar la Eucaristía.
En las apariciones de María en Medjugorje, María ha recomendado la asistencia diaria a la misa y esto ha hecho transformar la vida de este pequeño pueblo. Ella ha insistido mucho en cinco puntos para afianzar nuestra fe. Primero la Eucaristía, la Palabra de Dios, el rezo del Rosario, la confesión mensual y la penitencia con oración.
Enviado por el P. Natalio