Alabado sea Jesucristo…
Confía en Dios. Él hace Su Labor mucho mejor de lo que tú podrías sugerirle. Confía en Ti. El creador te puso a cargo de tu vida; seguro puedes elegir bien qué hacer con ella. Confía en el Amor. Porque eres Amor. El miedo es sólo un amor al que golpearon. Sánate. Confía en que estás en el lugar perfecto, en el momento preciso.
Vive este presente así como es. Dios lo creó para ti y es perfecto: sumérgete en él, pon atención a cada detalle y siente con plenitud este presente, no la ilusión del presente en el que crees que deberías estar para ser espiritual. Si vives este presente a plenitud podrás pasar libremente al siguiente, que es el encuentro con Jesús, sin lamentos ni temores. Si vives atento, te darás cuenta de que se encuentra en tu corazón lo que buscabas en tus pensamientos. Así te habla Dios.
¡Buenos días!
“El Señor me sondea”
La Biblia asegura que Dios “sondea todos los corazones y penetra hasta el fondo de todos los pensamientos” (1 Cor 28,9). Los teólogos lo dicen con una sola palabra: Dios es “omnisciente”, capacidad de conocer y saber todo. En cierta ocasión (Génesis 17, 1), el Señor le dijo a Abrahán, “camina en mi presencia y sé perfecto”. Caminar en la presencia del que todo lo ve y conoce es un llamado permanente a ser recto, honesto, justo.
Salmo 33: Desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra: El modeló cada corazón, y comprende todas sus acciones. Salmo 44: Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios y extendido las manos a un dios extraño, el Señor lo habría averiguado, pues él penetra los secretos del corazón. Salmo 90: Pusiste nuestras culpas ante ti, nuestros secretos ante la luz de tu mirada. Salmo 139: Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
Cuando san Pablo llevó el mensaje del Evangelio al senado ateniense, les dijo que “en Dios vivimos, nos movemos y existimos”. Si creyéramos con fe viva en esta presencia que nos envuelve en todas partes, tendríamos un aliciente poderoso para vivir con santidad y justicia delante de sus ojos paternales. ¿Por qué no lo intentas?
Enviado por el P. Natalio