Alabado sea Jesucristo…
Al final de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado.
Señor, quiero creer en tus promesas, quisiera confiar más en tu poder y en tu amor para que toda mi vida esté realmente en tus manos. Regálame, Señor, el don de la confianza. Así todo lo que me suceda será para mi bien y para el bien de los demás. Tómame en tus brazos y no permitas que me llene de temores inútiles. Quiero conocer la alegría de la libertad espiritual, el gozo de darte a ti el control de mi existencia. Pero también quiero elevar mis ojos hacia ti y dejar en tus brazos todos mis seres queridos. Protégelos, Señor, te los confío, te los entrego para que todo lo que les suceda tenga un buen fin. Dales también la fuerza de tu amor para que conozcan la verdadera alegría. Amén.
Mons. Víctor M. Fernández.
¡Buenos días!
Dentro de ti mismo
“Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales. Dentro de ti está siempre el secreto, dentro de ti están todos los secretos. Aún para abrirte camino en la selva virgen, aún para levantar un muro, aún para tender un puente, has de buscar antes, en ti, el secreto.”
El sabio vivía enseñando que las respuestas están dentro de nosotros mismos. Pero sus fieles insistían en consultarlo acerca de todo lo que hacían. Un día, el rabino tuvo una idea. Colocó un cartel en la puerta de su casa, y escribió: Respondo cada pregunta por 100 monedas. Un comerciante decidió pagar. Le dio el dinero al rabino, mientras comentaba: —¿No le parece que es un poco caro cobrar tanto por una pregunta? —Me parece —dijo el rabino. —Y acabo de responderla. Si quieres saber más, tendrás que pagar otras cien monedas. O buscas la respuesta dentro de ti mismo, que es más barato y más eficaz. A partir de ese día, nunca más lo molestaron.
“Todas las arquitecturas están ya levantadas, dentro de ti. Pregunta al arquitecto escondido. Él te dará sus fórmulas. Y sabrás lo esencial de todos los problemas y se te enseñará lo mejor de todas las fórmulas. Y acertarás constantemente, puesto que dentro de ti llevas la luz misteriosa de todos los secretos”. (Amado Nervo). Un mismo mensaje te ha llegado en dos formas literarias. Aprovéchalo.
Enviado por el P. Natalio