Alabado sea Jesucristo…
La risa es un gran bálsamo que tenemos los humanos para afrontar diversos tipos de situaciones que nos pueden preocupar.
Los problemas del trabajo, las discusiones familiares, tus achaques, las deudas, tus miedos y deseos. La risa es un gran “relativizador” (Relativizar significa dar menos importancia a un asunto al relacionarlo con otros aspectos) que pone las cosas en su sitio y promueve la creatividad.
La risa es un desintoxicante capaz de curar o por lo menos atenuar males. La risa sirve para poner distancia entre nosotros y algún suceso, lidiar con él y dar vuelta a la hoja. Pero sobre todo ríete de ti mismo, crecerás el día en que verdaderamente te rías por primera vez de ti mismo.
¡Ánimo! Aprende a sonreír a la vida, que ella sonreirá a ti.
¡Buenos días!
Ayudar y servir
“Si te preocupas demasiado por ti mismo, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti” (Teresa de Calcuta). “Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos” (Albert Einstein).
En los tiempos de la guerra civil de los EE. UU., durante los preparativos para una batalla, un hombre vestido de civil pasó cerca de un cabo, que con arrogancia daba instrucciones a sus hombres para que levantaran una pesada viga. El hombre se detuvo y preguntó al cabo: —¿Por qué no les ayuda? —Señor, —fue la indignada respuesta—, ¡soy un cabo! Murmurando una disculpa, el desconocido se quitó el saco y puso manos a la obra para ayudar a los soldados.
—Señor cabo, —dijo cuando el trabajo quedó terminado— siempre que no tenga usted suficientes hombres para hacer un trabajo, llame a su General en Jefe. Tendré mucho gusto en ayudar. Con estas palabras, Jorge Washington se puso el saco y se alejó.
Jacinto Benavente, pensador español y premio Nobel de literatura, dijo: “Cuando dejamos a un lado nuestra dicha y nos concentramos en hacer dichosos a los demás, mágicamente nos envuelve también a nosotros la felicidad”. El Señor te acompañe y bendiga.
Enviado por el P. Natalio
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