Alabado sea Jesucristo…
Señor Jesús, clamo a Ti para que me regales la gracia de la perseverancia. Muchas veces me desmotivo fácilmente. En algunos momentos me entusiasmo por las cosas, pero ante la primera dificultad me desanimo, dejo de insistir, dejo de luchar y al final termino perjudicado. Por eso, en este momento te suplico me ayudes. Señor mío, permite que sea constante en las cosas que realice y que por nada del mundo me desanime. Te suplico que ante toda dificultad sea capaz de sobreponerme, que ante cada reto dé lo mejor de mí porque estoy contigo y porque en Ti somos más que vencedores. Te pido que me ilumines para tomar las decisiones correctas y no fallar en ellas. También te pido, Señor, que me hagas capaz de entender que los fracasos son experiencias que me deben motivar y no hacerme desfallecer. ¡Amén!
¡Buenos días!
Pretendió frustrar la Palabra de Dios
Se hallaba en cierta ocasión San Antonio de Padua en una iglesia para predicar uno de sus famosos sermones. La multitud era impresionante, así como el silencio que había en el templo. De pronto entró un correo diciendo en alta voz el nombre de la destinataria que se hallaba en el recinto sagrado. La mujer recibió la carta y la abrió. Al leerla cayó como fulminada al suelo. En ella se le decía que su hijo acababa de morir asesinado. Ante el revuelo que se produjo en la iglesia, el sermón del Santo corrió peligro de ser cancelado. El Santo entonces dijo a la mujer, que ya se había reanimado:
Hermana, escúchame un momento. Esa noticia es falsa. La ha traído el mismo diablo en persona para impedir el buen fruto que va a producir la Palabra de Dios. Espera un momento y verás aquí mismo a tu hijo, al que el diablo da como muerto.
Efectivamente, el hijo entró en aquel momento en el templo, vivo y sano… El correo diabólico había desaparecido.
Enviado por el P. Natalio