Alabado sea Jesucristo…
El padre Jacques Loew, que era cargador del puerto de Marsella y buscaba dar testimonio de su fe en medio de aquellos hombres rudos y hostiles a la Iglesia, vivía pobremente como ellos. Era un hombre muy humilde y siempre dispuesto a escuchar. Un día, un cargador como él fue a buscarlo a su barraca, se sentó junto a él, en silencio, y le dijo:
—Yo no creo en Dios; pero, si Dios existe, debe asemejarse a ti.
¡Qué importante es el testimonio de vida para animar a los otros a seguir el camino del bien! Los hombres de nuestro tiempo necesitan ejemplos que imitar. Y los cristianos todos, deberíamos también ser espejos de virtud que permitan a los demás formarse una idea que los acerque a Dios.
¡Buenos días!
Portadores de paz
La Reina de la paz te invita a ser portador de bien y de paz en tu esfera de acción. Sólo si te pacificas interiormente puedes irradiar paz a tu alrededor. Hombres sabios que sondearon su interior con la luz del Espíritu han descubierto los enemigos de la paz interior: ansiedad, irritación, miedo, odio, tristeza, autocompasión, duda, abatimiento…
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a abrirse a Dios por medio de la oración, a fin de que el Espíritu Santo pueda comenzar a obrar milagros en ustedes y a través de ustedes. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno, queridos hijos, porque cada uno es importante en mi plan de salvación. Yo los invito a ser portadores de bien y de paz. Dios puede darles la paz sólo si ustedes se convierten y oran. Por eso, queridos hijos, oren, oren, oren y hagan lo que el Espíritu Santo les inspire. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Para preservar la paz de tu corazón, el Espíritu Santo con sus inspiraciones es una presencia valiosa y decisiva. La oración te vuelve sensible a su conducción. Y, con el Espíritu como guía, te será fácil discernir cuando surgen en tu fantasía castillos de dificultades y rechazos al plan de Dios sobre tu vida, sugeridos por el mal espíritu. Cultiva y defiende tu paz interior.
Enviado por el P. Natalio