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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Norma Noemi 879  (Mensaje original) Enviado: 17/11/2015 12:52
Alabado sea Jesucristo…
Jesús es siempre buena noticia. Tenemos la gran suerte y la inmensa alegría de saber que el que viene es el mismo en quien creemos, a quien escuchamos, en quien confiamos, a quien intentamos seguir. Quien más nos comprende y más nos quiere. Nuestra vida está orientada hacia nuestro encuentro feliz y definitivo con Jesús.
Que vendrá, que está viniendo ya a mi vida, a mis sueños, a mi corazón, a mi mundo... Que traerá, que está trayendo ya la alegría, la verdad, la paz, las ocasiones para amar, una canción de esperanza... Ese es el anuncio que Dios nos promete en Jesús. Y lo que nos recomienda anunciar al mundo. No hay por qué temer… Su triunfo definitivo implica también el nuestro.


¡Buenos días!

Yo he sentido, Señor
La oración auténtica es un encuentro personal con Dios. Por ella te acercas a la realidad de un Dios vivo, cercano, presente: un Dios persona. El núcleo de la oración es saber escuchar a Dios, porque el personaje clave en este diálogo de amor, no soy yo, sino Dios. La actitud de humilde escucha es una prueba de amor: es abrirse a la voluntad de un Dios que ilumina.

Yo he sentido, Señor, tu voz amante, en el misterio de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas la armonía gocé de tu semblante.

No me llegó tu acento amenazante entre el fragor de trueno y de centellas;
al ánima llamaron tus querellas como el tenue vagido de un infante.

¿Por qué no obedecí cuando te oía? ¿Quién me hizo abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?

Haz, mi dulce Señor, que en la serena noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío! 

Para disponerte a escuchar, puedes presentar al Señor alguna pregunta que centre tu atención e impida cualquier divagación. Por ejemplo, puedes decirle: Señor, ¿qué quieres de mí en esta situación? O bien, ¿qué deseas insinuarme con esta página del Evangelio? Si al orar buscas con decisión la voluntad de Dios, tu vida cristiana crecerá sólidamente.
Enviado por el P. Natalio


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