Alabado sea Jesucristo…
Los discursos apocalípticos recogidos en los evangelios reflejan los miedos y la incertidumbre de aquellas primeras comunidades cristianas, frágiles y vulnerables, que vivían en medio del vasto Imperio romano, entre conflictos y persecuciones, con un futuro incierto, sin saber cuándo llegaría Jesús, su amado Señor.
También las exhortaciones de esos discursos representan, en buena parte, las exhortaciones que se hacían unos a otros aquellos cristianos recordando el mensaje de Jesús. Esa llamada a vivir despiertos cuidando la oración y la confianza son un rasgo original y característico de su Evangelio y de su oración.
Por eso, las palabras que escuchamos hoy, después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.
Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos. «Estad siempre despiertos».Despertad la fe en vuestras comunidades. Estad más atentos a mi Evangelio. Cuidad mejor mi presencia en medio de vosotros. No seáis comunidades dormidas. Vivid «pidiendo fuerza». ¿Cómo seguiremos los pasos de Jesús si el Padre no nos sostiene? ¿Cómo podremos «mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre»?
José Antonio Pagola
¡Buenos días!
Señor, cómo quisiera…
Te invito a gustar un himno y perfumar tu oración de esta mañana con sus delicados versos que rezuman nostalgia de Dios y deseo de amarlo más a él y a los hermanos. Es agradable la musicalidad de sus rimas que evocan arpegios de arpas y cítaras.
Señor, cómo quisiera en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera en gracia y alegría, y crecer en tu amor más todavía.
Ya despierta la vida con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida a levantar mis manos y a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi canto con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo, a ti que eres mi Roca en quien mi vida toda desemboca.
Cuantas más veces releas en actitud de oración esta y semejantes composiciones poéticas, más descubrirás la riqueza de su denso contenido y el fervor de su emoción religiosa. Es una buena ayuda para tu encuentro personal con el Señor. Pienso que podrá serte útil.
Enviado por el P. Natalio