Alabado sea Jesucristo…
Han quedado atrás, la Pascua, con su mensaje de Vida y de Resurrección, o las solemnidades de la Santísima Trinidad y del Corpus Christi. Ahora, inmersos en la liturgia del Tiempo Ordinario, seguimos de cerca a Jesús meditando sus palabras, observando sus signos y –sobre todo- estando atentos a su programa: ¡Dios es amor! ¡Dios es perdón!
Vivir con Jesús es comprender como el comprende; amar como Él ama; juzgar como Él juzga; salir al encuentro de las personas como Él lo hace: anteponiendo siempre el bien de las personas.
No es cuestión, por supuesto, de jactarnos de nuestros errores. Mucho menos de estar orgullosos por nuestras fragilidades. Es cuestión de ubicar al Señor de la Luz en la oscuridad de nuestra noche y, en esa noche, dejar que Cristo ilumine nuestro futuro.
* P. Javier Leoz
Un domingo distinto
Hoy te ofrezco algunas ideas para que —según tu situación personal— aproveches y disfrutes este descanso semanal del Señor en beneficio de tu cuerpo y de tu espíritu.
Cambia de ritmo: descansa y vive con más tranquilidad, pues es día de fiesta y no de estrés.
Cámbiate de vestido, adorna la mesa de comedor, enciende una vela y desea a todos un buen domingo. Vive en la confianza y acoge lo imprevisto.
Telefonea a los que has olvidado durante la semana y a los que sabes que les gustaría oírte.
Admira la naturaleza, oye música, lee un libro, hojea revistas, visita un museo, una ciudad, una abadía... Participa en la vida de tu barrio o de tu asociación.
Reúnete con la comunidad cristiana, acude a su invitación a orar, escucha con ella la Palabra y comparte con ella el Pan de la vida. Déjate moldear por Dios.
Visita a tus amigos, tus vecinos, a los que están solos y enfermos...
Como puedes ver son sugerencias variadas, algunas de las cuales tal vez te abran a posibilidades de más calidad para aprovechar este tiempo libre en el cultivo del espíritu, de la amistad, de la solidaridad… Te auguro un domingo que te deje contento y satisfecho.
* Enviado por el P. Natalio