Alabado sea Jesucristo…
¡Al bendecir se crea un escudo de luz de protección divina sobre la persona a la que estamos bendiciendo! ¡Es conexión divina! De allí la importancia siempre de bendecir con amor.
Bendice tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos, todo lo que haces, tu empleo y dinero sea mucho o poco.
Bendice a la persona que está cerca de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y veras que hay un ligero cambio en su rostro.
Bendice tu cuerpo sin importar que en estos momentos este enfermo o sano. ¡Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón para que este sano!
Bendice tu trabajo, así te paguen poco, porque al bendecirlo lo llenas de luz divina, y de esa forma te estas preparando para algo mejor.
¡Tienes derecho a cosas maravillosas solo tienes que creerlo y sentirlo! ¡Adelante Bendícete! Bendice tu existencia sin importar que hayan habido experiencias dolorosas… simplemente son los escollos para superar y crecer.
¡Que Dios te Bendiga!
¡Buenos días!
El trabajo de cada día
La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.
El trabajo, Señor, de cada día nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría de amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente y larga es nuestra tarea en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea dale tu luz, tu fuerza que aligera.
En el alto gozoso del camino, demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino; todo lo puede en él quien nada puede. Amén.
Por otra parte, al “dulce huésped del alma” puedes dirigirle, en medio del mismo trabajo, breves expresiones de amor, de confianza, de súplicas que te mantendrán comunicado con quien siempre está contigo. Por ejemplo: “Señor, confío en ti”, “Dios mío, ven en mi auxilio”, “Gracias, Señor, por tu amor”, “Alabado seas, mi Señor”, etc. Que progreses en este camino.
* Enviado por el P. Natalio