Una niña muy bonita / me recordó como eras,

y supe que era tu hija / ¡Tú misma, en tus primaveras!

Hoy he vuelto a recordar el ayer.

Me dijeron: - es su hija -

Tu misma boca, con tus mismos ojos

y el ángel singular de tu sonrisa.

Yo traté de olvidar y no he podido,

aquella juventud siempre florida

pero hoy he vuelto a ver igual que entonces

el cuerpo angelical de aquella niña:

y se encienden mis versos apagados

con la luz y el calor de aquellos días.

Nunca mi corazón dejó de amarte

y siempre en ti encuentra su alegría,

la flecha de mis males fue tu olvido

y a cambio de tu olvido doy mi vida:

que en vez de detestarte, más te quiero

y crece mi cariño con los días.

Hoy te vi. igual que ayer,

alegre y rebosando de armonía,

¡símil de primavera!

que así eras por entonces de bonita.

¡Hoy he visto aquella cara. . .

que loco me volvió, siendo chiquilla!

.oOo.

-Manuel Cornejo González-