Otras veces la duda me visita intentando enredarme en su fracaso, y de la misma forma me disculpo: “Perdóname, pero… estoy de paso.”
Algunos días es la intolerancia quien trata de envolverme con su abrazo, pero también me niego a recibirla: tendrá que dispensarme…estoy de paso.
Y hay circunstancias en que el sufrimiento es el que trata de llenar mi vaso, más sé de su carácter ilusorio y no le doy cabida…estoy de paso.
Incluso cuando arriban los temores -esos que asustan siempre por si acaso, con su caterva de preocupaciones!- tampoco los atiendo…estoy de paso.
No quiero demorarme en pequeñeces…