Dijo el espíritu de la tierra: No te preocupes tanto por el temporal, que no te desaliente la niebla ni el huracán. Mantén tu agua limpia, mantén tu tierra nutrida, mantén tu corazón fértil. Ocúpate firmemente de eso. Lo demás déjaselo a la Abuela Vida, ella es tan vieja como tu alma, ella sabe...
Ada Luz Márquez
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