La trampa de los gorriones
Había una pequeña niña que verdareramente parecía creer en el poder de la oración, sus padres se sorprendían a menudo del vigor con que oraba y su inquebrantable confianza en que Dios no solo había escuchado sus oraciones, sino que estaba en proceso de contestarlas en la manera que ella deseaba.
Un día su hermano mayor construyó una trampa para cazar gorriones, la niña sintió pena por los pajarilos y se lo dijo a su hermano pero se negó a quitarla, la niña dijo: "voy a orar por eso."
Tres noches después, su rostro estaba radiante mientras oraba a la hora de acostarse, expresando su absoluta fe en que las trampas no iban a funcionar, le preguntó su madre: "Hija, ¿como puedes estar tan segura de esto"?.
La pequeña sonrió y dijo:"Porque sali hace tres noches y rompí las trampas."
Aunque no sería de sabios tomar todas las cosas en nuestras manos, ¡siempre lo será dejar todos los asuntos en manos de Dios!.
Ore porque todo depende de Dios, y trabaje como si todo dependiese de usted.
"Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta." (San.2:26).
