e aquí, túEl Salmo 32 explica lo que sucede cuando no
Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día
y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de
verano.
¡Es un peso insoportable!
Por otro lado, cuando confesamos nuestro pecado, hay alivio y gozo:
Salmo 32.1-2, 5
(vv. 3 y 4)
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su
pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en
cuyo espíritu no hay engaño. ...Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi
pecado.
Debemos practicar el arrepentimiento diariamente, porque pecamos
diariamente, en nuestras actitudes, nuestros motivos, pensamientos, y acciones.
La «gran mentira» de pensar que estamos bien se forma así: a) Cuando
somos niños, no recibimos el amor incondicional, ni de nuestros padres, porque
nadie es perfecto. 2) Empezamos a creer que debemos ser de cierta manera, o que
debemos lograr ciertas cosas, para ser amados. 3) Construimos una imagen ideal
de lo que queremos ser, para ser amados. 4) Empezamos a creer que somos así
realmente, porque deseamos tanto ser amados, y no queremos sentir el dolor del
rechazo. 2
El problema es que así no enfrentamos nuestros verdaderos problemas, y
por lo tanto, no los solucionamos tampoco. Dios desea la honestidad en lo más
profundo del corazón. Esto se llama «integridad». Salmo 51.6 dice, «h
amas la verdad en lo íntimo».
reconocemos nuestro pecado:
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