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Mensajes Para la Familia: La Comunicación En La Familia
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De: maritza  (Mensaje original) Enviado: 14/06/2009 04:10

 

 

La Comunicación En La Familia

PARTE I

“La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1)

 

La franqueza en la comunicación es esencial para el desarrollo de una vida familiar aceptable. Todos los que componen la familia deben sentirse en la posibilidad de hablar libre y abiertamente con la plena seguridad de ser oídos, para que reine verdaderamente la armonía en el hogar.

La transparencia en la comunicación les permite a todos en la familia hablar la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad en cualquier situación en que se encuentren. Los padres deben demostrar esta apertura en la forma en que se comunican delante de sus hijos cuando estos están en pleno crecimiento. De no ser así, la verdad parecerá estar siempre oculta y surgirá el engaño.

La capacidad de comunicarse es una cualidad básica del ser humano. Es innata. No obstante, la forma de comunicarse debe ser aprendida a medida que se desarrolla la personalidad. Este aprendizaje se realiza únicamente a través del ejemplo, reforzado por la seguridad de que siempre hay la posibilidad de una interrelación.

Pablo ofrece una buena formula para la comunicación correcta en la familia cristiana: “Siguiendo la verdad en amor” (Efesios 4:15). Esto solo es posible cuando cada miembro de la familia esta dispuesto a compartir con los demás sus mas íntimos pensamientos y sentimientos con amor y esta seguro de que se le escuchara sin criticas.

 

 

Rev. Alfonso Díaz - IBHVI

 

La comunicación en la Familia

PARTE II

 

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis como debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6).

La comunicación empieza con la atención. Antes de hablar, para estar seguro de que nos están escuchando, siempre queremos atraer la atención de la persona a la cual nos dirigimos. Esta es la suposición de Salomón cuando asegura que la blanda respuesta quita la ira. Si usted es la persona que recibe el mensaje, debe prestar la atención debida, tanto a su contenido verbal como al emocional, a fin de poder responder correcta y eficazmente.

Una de las tareas difíciles de los padres es cerciorarse de que su hijo los esta atendiendo antes de tratar de decirle algo. Si el niño esta ocupado con sus juguetes o sus amigos, es probable que no pueda oír la voz de sus padres, de manera que, para que la comunicación sea buena, asegúrese de que sus hijos lo están escuchando con toda atención. Para comunicar en la forma debida, necesita hablar clara y distintivamente, con un mínimo de emoción en la voz. Es mucho mas fácil responder a un mensaje claro y firme. Esto es verdad no solo en los casos de comunicación entre padres e hijos, sino también entre esposos.

¿Cómo podemos saber si contamos con toda la atención de la persona a quien nos dirigimos? Cada vez que haya terminado de darle una instrucción o un mensaje a su hijo, pídale que se lo repita, para estar seguro de que lo ha entendido. Si lo puede repetir correctamente, hay una buena posibilidad de que reaccione también correctamente. Si no le estaba poniendo atención, tendrá que repetirle el mensaje. La obediencia requiere comprensión, y para comprender es  necesario oír. Por lo tanto, los padres tienen la responsabilidad de cerciorarse de que los niños están atendiendo cuando intentan comunicarse con ellos

PARTE III

 

La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).

Para poder responder a un mensaje se requiere que lo hayamos escuchado y entendido. Salomón señala algunas maneras positivas de responder a un mensaje en el proceso de comunicación. Sugiere que la mejor comunicación ocurre cuando hay una “blanda respuesta”, es decir, una respuesta amable y tierna, tanto en palabras como en contenido. Es poco lo que se puede lograr cuando los temperamentos se alteran entre padres e hijos y se gritan unos a otros al tratar de comunicarse.

Cuando un padre o un hijo optan por utilizar palabras ofensivas que hieren y entristecen al que las recibe, su comunicación ha dejado de ser eficaz. La sabiduría y el conocimiento necesario para un buen intercambio de ideas deben cultivarse en el hogar, Las familias que no los cultivan, hacen mal. Están privando a los niños y a los jóvenes de esa instrucción que necesitan para tener éxito en la vida. Es mas, la palabra correcta, dicha en el momento oportuno ¡que buena es! Así lo declara Salomón (Proverbios 15:23). El escritor de los Proverbios también declara que como “manzana de oro con figura de plata es la palabra dicha como conviene”, toda una obra maestra del arte creador de Dios (Proverbios 25:11).

 

Rev. Alfonso Díaz – IBHVI

La comunicación en la familia

PARTE IV

 

¿Por que hay familias cuyos integrantes no pueden comunicarse con eficacia entre si? He aquí algunas razones posibles:

Algunos tienen temor de ser rechazados. Temen que sus ideas y opiniones no sean aceptadas por los demás, por lo que no quieren expresarlas.

Algunos no creen que hablar les sea de alguna utilidad. Quizá hayan intentado en el pasado hacer oír sus pensamientos y sentimientos y los hayan rechazado y criticado. Por este motivo, no tienen intención alguna de tratar de hacerlo nuevamente, pues lo creen inútil.

Algunas personas tienen un bajo concepto de si mismas y piensan que no tienen nada bueno que ofrecer. No creen que sus ideas valgan la pena, así que mejor se las guardan para si mismas.

En otros casos lo que ocurre es que las personas están muy absortas con numerosas preocupaciones y no tienen tiempo de comunicarse entre si. Su vida es una rueda continua de actividades y afanes y les quedan muy pocas energías y tiempo para desarrollar las relaciones interpersonales.

Algunas parejas comparten muy pocas cosas o intereses, así que tienen muy pocos temas de los cuales hablar. Cada uno vive su propia vida y no le interesa involucrarse ni siquiera en detenerse a saber lo que ocurre en la vida de los otros miembros de la familia.

 

Rev. Alfonso Díaz - IBHVI

 

La comunicación en la familia

PARTE V

 

La participación de las cosas que cada uno posee, siente o piensa, es una forma eficaz de iniciar la comunicación. Mientras mas abiertos y francos sean los miembros de una familia y mas se comuniquen libremente las cosas, mejor será la corriente de comunicación que habrá en el hogar.

Jesús dice que una persona habla del “tesoro” de su corazón. Esto significa que todo lo que sale del corazón ha sido depositado allí a medida que han ido teniendo lugar las experiencias de la vida. De manera que, en realidad, son las palabras las que revelan lo que en esencia es una persona. Ya se trate de mensajes claros y deliberados o bien los deslices de la lengua, estos son indicadores de los verdaderos sentimientos (Proverbios 23:7; Lucas 6:45). Pablo nos amonesta a que no permitamos que ninguna palabra o mensaje corrupto salga de nuestra boca. Debemos procurar que nuestras palabras sean edificantes y que sirvan para llevar gracia a los demás. Es mas, nos recomienda también que nuestros dichos sean sazonados con sal: palabras sazonadas con la disciplina y el razonamiento adecuado, sin necesidad de maldecir ni de jurar (Mateo 5:37; Santiago 3: 1-12). En todas las circunstancias, los padres deben tratar de buscar ejemplo en la vida de Cristo para reforzar las palabras de corrección o de aliento que les dirijan a sus hijos. Las palabras sazonadas con sal son vivas y coherentes entre si.

Esta actitud de comunicar abierta y francamente nuestros sentimientos es la que nos abrirá canales perfectos de comunicación con nuestros hijos. De esta forma se enriquecerá su vida, no solo para nuestra estancia en la tierra, sino también para la eternidad. Esta misma actitud de franqueza y apertura es esencial para que haya una excelente comunicación entre toda la familia.

 

Rev. Alfonso Díaz - IBHVI

La comunicación en la familia

PARTE VI

 

El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuan buena es!” (Proverbios 15:23) “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3)

La meta final de la comunicación es llegar a un entendimiento; a un acuerdo. Amos hace una sucinta pregunta cuya respuesta es obvia: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Por supuesto, la respuesta es NO.

Los esfuerzos por vivir en armonía dentro de la familia son tarea de toda la vida. Hay muchas maneras de ver y juzgar las cosas e interpretar los mensajes. Ponga a cuatro personas en diferentes esquinas a observar el mismo acontecimiento y tendrá versiones diferentes.

La forma en que piensan los hombres es distinta a la manera en que las mujeres piensan. Se ha dicho frecuentemente que los hombres piensan lógicamente, mientras las mujeres piensan más intuitivamente. Los hombres reciben las situaciones de la vida de frente; las mujeres las reciben más oblicuamente, menos directamente. Si esto es verdad o no, es incidental, pero lo cierto es que existen diferentes puntos de vista en cualquier hogar. Es necesario un esfuerzo constante para lograr la armonía en la comunicación familiar.

Una de las mejores maneras de llegar a un acuerdo en las comunicaciones es hablar por si mismo y decir con toda claridad lo que uno quiere dar a entender realmente. Para hacer esto hay que ser específico y evitar las generalizaciones. También se debe permitir que otros sepan lo que uno siente o lo que esta experimentando al hablar.

Un consejo muy útil es usar el pronombre “yo” al dar nuestro mensaje, para identificarnos con el. Eso nos hace responsables de lo que estamos diciendo y sintiendo. Claro esta que para eso necesitamos la franqueza necesaria para poder compartir con los demás lo que sentimos o pensamos realmente. La comunicación en el hogar cristiano debe ser un modelo de sinceridad, claridad y apertura entre los demás.

 

Rev. Alfonso Díaz - IBHVI

 

 

 



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