Martes, 30 de junio de 2009
Raíz de amargura
Léase Génesis 27.30-41
Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a muchos.
-Hebreos 12.15 (RVR)
LA companía para la que he trabajado por los últimos 21 años se reorganizó recientemente. Cuando los cambios finalmente se completaron me hallaba en una nueva posición. A un ingeniero más joven se le asignó el trabajo que a mí me gustaba. Me sentí amargado a causa de la injusticia.
El pasaje bíblico de hoy nos habla de una raíz de amargura que brotó en Esaú después de que Jacob le robó su primogenitura. La amargura se torna en un odio tan fuerte que Esaú planea matar a Jacob, que es de su propia carne y sangre. La amargura puede obrar de esa forma, nos consume como un espino silvestre consume un jardín. Si no se trata a tiempo, crece con fuerza y aniquila el fruto en nuestras vidas. Su raíz debe ser removida por completo o si no brotará de nuevo.
La amargura hiere a quien la lleva, más que a la persona a quien se le dirige. Comprendí que mi amargura me estaba robando mi gozo, rompiendo mi comunión con Dios. Pero cuando descubrimos raíces de amargura, Dios puede ayudarnos a perdonar y a arrancar la raíz.
Sr. Terry Bowman (Carolina del Norte, EUA)
Oración:
Oh Dios, ayúdanos a perdonar a quienes sentimos que nos han herido, y a dejar a un lado la amargura. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Con la ayuda de Dios, podemos arrancar las raíces de amargura.
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OREMOS:
Por quienes guardan rencores.